BODEGA PEDRALONGA
El tesón de seguir bailando con la luna
El proyecto vitivinícola de Francisco Alfonso comenzó en 1982, cuando plantó sus primeras viñas de uva albariño en Caldas de Reis, justo tres años después de llegar de Venezuela, donde estuvo emigrado casi 20 años. Había visto hacer vino en casa desde pequeño, eso sí vino tinto, para venderlo en el ultramarinos que sus padres regentaban en la aldea de Lantaños (municipio de Portas). Pero él tenía la idea muy clara en su cabeza. Quería conseguir algo genuino, muy personal, aprovechando el privilegio de contar con un suelo excepcional en el Valle del río Umia. Y en 1997 pudo dar a luz su proyecto.
El idilio que la sabiduría popular agrícola siempre mantuvo con la luna, no sólo no fue traicionado, sino que continúa vivo a día de hoy en Pedralonga. Es lo que actualmente los técnicos en la materia han bautizado como biodinámica. Pero, de toda la vida, los agricultores han podado las partes no productivas en la fase lunar menguante y en la creciente, la viña se expande. Y llegó el menor de sus tres hijos, sin saber muy bien qué hacer en la vida, y le siguió el rollo, el único que ha seguido los pasos de sus padres culminándolos con estudios de viticultura y enología. Y, a pesar del paso de los años y las generaciones, Miguel cada día tiene más claro que hay que seguir bailando con la luna como hacían sus antepasados, para dejar que el vino crezca sin intervención alguna. Para él, el vino no se elabora, sólo se tutela, se acompaña de cerca.
Historia. La familia Alfonso ha elaborado vino durante generaciones en Val do Umia, conservándose escritos de principios del s. XX que ya hablan de las cosechas y de la elaboración del vino a partir del trabajo cuidadoso de la viña. La bodega actual se funda en 1997, el trabajo se profesionaliza, pero recoge la misma filosofía de nuestros antepasados. Se continua trabajando con los métodos tradicionales y técnicas biodinámicas, que respetan las fases lunares, y que permiten elaborar caldos sin correcciones químicas y sin filtrados.
La impronta del océano. Los viñedos Pedralonga están influenciados por un clima atlántico, que proporciona temperaturas benignas y abundantes lluvias durante gran parte del año, y son aptos para uvas como el Albariño. Los viñedos arraigan en suelos francoarenosos al pie del monte Xiabre, en terrenos elevados orientados de norte a sur, para conseguir la insolación adecuada que los hace madurar mejor y los mantiene sanos.
Expresión mineral. En Pedralonga elaboramos unos vinos con temperamento propio. Albariños y vinos tintos personales, que destacan por su equilibrada acidez, y se distinguen por el gusto mineral que les aportan los suelos de granito de nuestro terroir.
